miércoles, 22 de mayo de 2013

Amistad



La Amistad es un Valor Universal


Está claro que difícilmente podemos sobrevivir en la soledad y el aislamiento. Necesitamos a alguien en quién confiar, a quién llamar cuando las cosas se ponen difíciles, y también con quien compartir una buena película. Pero ¿Qué es la amistad? ¿De qué se compone? ¿Cómo tener amistades que duren toda la vida?


Caerse Bien


Las amistades suelen comenzar de imprevisto, y muchas veces sin buscarlas. En el camino de la vida vamos encontrándolas. Y todo comienza porque alguien "nos cae bien".

Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, ideas políticas, creencias, religión son algunos de las cosas en común que pueden hacer
que nos hagamos amigos de alguien.

Sentirse a gusto con una persona, conversar y compartir sentimientos es el principio de eso que llamamos amistad.


Algo en Común


Para que la amistad sea verdadera, debe existir algo en común y, sobre todo, estabilidad. El interés común puede ser una misma profesión, una misma carrera, un pasatiempo en común, y la misma vida nos va dando amigos. Dice el refrán Aficiones y caminos hacen amigos.

La amistad es un cariño, un apreciarse que promueve un dar, un darse y para ello es necesario encontrarse y conversar.

Después, con el tiempo, la amistad puede desarrollarse en profundidad y en extensión mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuos.

La amistad no puede desarrollarse sin estabilidad. Por eso cuando dejamos de ver durante muchos años a nuestros amigos, a veces nos enfrentamos a que parecen personas totalmente diferentes, o simplemente no se pasa de un diálogo superficial que deja un mal sabor de boca. La amistad es algo que requiere estabilidad en el trato.


Tratarse

Conocer bien al amigo es saber de su historia pasada, de sus quehaceres actuales y de sus planes futuros; del sentido que da a su vida, de sus convicciones, de sus gustos y aficiones, de sus defectos y virtudes. Es saber de su vida, de su forma de ser, de comprenderse; es... comprenderle.

Comprender al amigo es meterse en su piel y hacerse cargo.
Desinterés

Para que una amistad sea verdadera, no basta con caerse bien, hay que dar el paso definitivo: ayudarse desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. Al amigo se le quiere porque él es él y porque yo soy yo. La amistad se orienta hacia el tú y consiste más en un servir que en un sentir.

No es amigo ni el compañero ni el camarada. Tampoco es amigo que el busca aprovecharse del otro. La amistad no es comercio de beneficios.

La verdadera amistad es, en gran medida, servicio afectuoso y desinteresado.

Vale la pena

Ser amigo de verdad no es fácil, pero vale la pena el esfuerzo. Es un gozo tener amigos de verdad: estar con ellos, charlar, ayudarle o ser ayudad y disfrutar y alegrase con ellos ¡poder contar con ellos! Aunque cueste, vale la pena el esfuerzo que requiere ser un amigo.

Tenerse Confianza

No solamente se cree lo que dice el amigo, hay que creer en él. Tener confianza en el amigo significa que tenemos la seguridad moral de que responderá favorablemente a as esperanzas de amistad que depositemos en él.

La confianza mutua hace posible la autenticidad.


Dar... Darse

La generosidad nos ayuda y facilita el dar que es esencial en la amistad. El dar y el darse es esencial en la amistad. El amigo de verdad es generoso y da. Da sus cualidades, su tiempo, sus posesiones, sus energías, sus saberes. Y lo hace para procurar ayudar eficazmente al amigo.

Debemos mirar generosamente, con respeto y con cariño. El egoísmo se opone radicalmente a la amistad.

Un acto de generosidad especialmente difícil es el perdonar. Debemos comprender y saber los motivos de una acción que nos ha hecho daño. Saber perdonar es propio de almas sabias y generosas.


Ser Leales

No hay riqueza más valiosa que un buen amigo seguro. Ser leal supone ser persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromiso que la amistad lleva consigo. Leales son los amigos que son nobles y no critican, ni murmura, que no traicionan una confidencia personal, que son veraces. Son verdaderos amigos quienes defienden los interés y el buen nombre de sus amigos.


Ser leal también es hablar claro, ser franco. Debemos también ser leales en corregir a un amigo que se equivoca.


Ser Agradecidos

Dice un refrán que "El agradecimiento es el más efímero de los sentimientos humanos" y con mucha frecuencia parece tener razón. La gratitud es propia de los verdaderos amigos.

¿Cuántas veces nos hemos sentido mal con un amigo porque no ha sido agradecido del tiempo que le damos? Nosotros debemos agradecerle su tiempo, los buenos ratos que nos hace pasar, su ayuda cuando nos sentimos mal. A nosotros nos gustaría que una amistad nos dijera "gracias", demos entonces nosotros el primer paso.

Un Enemigo Mortal

El Yo es un enemigo mortal de la amistad. El orgullo y el egoísmo no caben en la amistad. El orgulloso no mira más allá de su persona, de sus propias cualidades, de sus intereses. No es capaz de ayudar a nadie.
Mantener las Amistades

Las amistades se cultivan, maduran. Es fácil hacer amigos, pero es mucho más difícil mantenerlos. La vida pone a prueba la generosidad, la lealtad, el agradecimiento, y no siempre se sale bien de ella. De aquellos amigos de la universidad, poco a poco la lista se hará menor. De un grupo de 30 o 40 amigos, acabarán quedando, para toda la vida 3 ó 4.

Hacer Nuevos Amigos

El hecho de que alguien no tenga muchos amigos no es algo que deba permanecer así. El cultivar aficiones o asistir a alguna clase que nos interese es uno de los mejores medios para hacer amigos. Una cosa maravillosa de la amistad, es que incluso la gente más tímida puede hacer amistad ¡Con otros tan tímidos como ellos mismos! Hacer nuevos amigos es abrir horizontes. Si alguna vez algún amigo nos ha pagado mal, no significa que ocurra así con todo el mundo. Lo peor que puede hacer cualquiera es cerrarse.

Las Amistades Cambian

Un punto fundamental al entender la amistad, es que las personas ni somos perfectas y cambiamos poco a poco, es decir, que no siempre encontraremos un "solo mejor amigo". Habrá quien comparta con nosotros nuestras aficiones, otro quizá nuestros problemas, otro nuestros sueños. Querer buscar que una sola persona llene todas nuestras necesidades de amistad es algo que podría llegar a ser una utopía. Además ¿Quién dijo que no se pueden tener varios amigos?

¿Amistad o Complicidad?

Así como la amistad sana es un valor esencial para nuestras vidas, el tener una amistad con la persona equivocada puede serla fuente de muchos dolores de cabeza. Problemas de droga, delincuencia, baja en el desempeño profesional, problemas familiares son unos cuantos efectos de las malas amistades. La amistad es compartir, pero no es complicidad. También es importante recordar que somos personas individuales, con una conciencia individual. El hecho de que tal o cual amistad "lo haga", no significa que nosotros debemos hacerlo. Tampoco podemos esconder nuestra conciencia individual en una conciencia "compartida". Es el caso típico de alguien que se mete en problemas serios porque salió con los amigos y se perdió el control. "Más vale solo que mal acompañado" es un adagio que, de haber sido practicado a tiempo, podría haber evitado muchos problemas.


Conclusión

La amistad es tan importante para el desarrollo humano, su estabilidad y el mejoramiento de la sociedad que es un verdadero valor, que debemos cuidar y fomentar.

(Benavides)


Un cuento para sellar la amistad

Cuenta una bella leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y, en un determinado punto del viaje, ambos discutieron. Uno acabó dando al otro una fuerte bofetada.


El ofendido, sin decir nada, se agachó y escribió con sus dedos en la arena:

"Hoy mi mejor amigo me ha dado una fuerte bofetada en la cara"

Continuaron el trayecto y llegaron a un oasis donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y herido empezó a ahogarse. El otro se lanzó a salvarlo y evitó que perdiese su vida.


Al recuperarse del posible ahogamiento, tomó un estilete y empezó a grabar unas palabras en una enorme piedra. Al acabar, se podía leer:

"Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida"

Intrigado, su amigo le preguntó:


- "¿Por qué cuando te hice daño escribiste en la arena y ahora escribes en una roca?"


Sonriente, el otro respondió:


- "Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarla y olvidar.

En cambio, cuando un gran amigo nos ayuda, o nos ocurre algo grandioso, es preciso grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento de ninguna parte del mundo, podrá borrarlo."









miércoles, 8 de mayo de 2013

CUENTOS CONTRA EL DESÁNIMO




Queridos amigos,

La vida nos lleva a veces a caer en el desánimo y cada primavera...

Necesitamos del sol, de la luz, de los amigos...

Desde CUENTAMUNDOS os animamos a que encontréis en los cuentos un punto de apoyo para seguir adelante y...

Recuperar  la ilusión.

Os remitimos a nuestras entradas en el blog “materiales educativos” (Releed nuestra “carta a la ilusión” y algunos de los cuentos que os hemos propuesto)

 

Hoy… Para ti,  Amigo,  que necesitas ánimos…

 

Hay días….en los que veo la nobleza de un alma…
Días en donde la apatía llama a la puerta de mis sueños con inquietantes golpeos…
Hay días en donde me escondo tras mi sombra errante, perdiéndome entre la multitud de la nada…
Y en ese instante un vacío insostenible inspira mi soledad…

Hay días en donde escucho pausadamente el canto de las palabras…
Me acurruco a ellas como calor que necesita mi cuerpo…
Hay días en los que quisiera esconderme bajo el lecho de un rincón del mundo…
Y hacerme invisible para ese mundo con el que amanecen mis ojos…

Hay días en los que me pregunto qué hago aquí,en esta parcela de suelo que recoge mis pasos,en el justo momento de un segundo olvidado…
Hay días en donde el borrador de la angustia busca soluciones a problemas huidizos que no dan la cara.
Me sitúo ante a ellos y les miro de frente…Sé notarlos, no puedo esquivarlos…
Hay esos días en los que mi cuerpo puede con todo,y otros en donde mi salud nada quiere hacer.

Hay días…¡qué sé yo para que sirven esos días!…en donde estiro mi mano buscando el consuelo de una mano amiga…
Y encuentro, sin buscarlo, la mano traicionera y enemiga…

Hay días en que quiero saltar sobre una colchoneta de estrellas luminosas…
Quizás alcanzara el sueño en un cielo estrellado…
Y otros, en lo que solo pretendo hundirme dentro de mis solitarios pensamientos…

 Todos ellos son días que la vida me regala por estar vivo…

He de avanzar…

No parar, aunque mis piernas frenen mis pasos…

Quiero sonreír, aunque mi boca no me ayude a esbozar el movimiento de una alegría…

Hay días de colores que enmarcan el lienzo de mi vida…

Días…

…Si estáis en mi vida… os pintaré según se deslice la intención del pincel de mi ánimo…

(Pilar Cruz)




Hoy… Para todos los que leemos los cuentos infantiles con el corazón



         En aquella tienda de animales la mala suerte tenía un nombre: Pescafrito, un pequeño pez famoso porque nunca estaba en el acuario adecuado.
         Cada vez que tocaba reordenar los tanques, Pescafrito acababa por error o descuido en el más peligroso para él.
         Desde otros tanques tranquilos y seguros, sus primos y hermanos veían divertidos sus desesperadas carreras por evitar ser la merienda de algún grandullón.
         A pesar de su increíble mala suerte, Pescafrito no se desanimaba, y en cada carrera ponía todo su empeño en librarse de nuevo, aunque sintiera el dolor de algún que otro mordisco en sus aletas o el cansancio de nadar entre plantas y rocas a cualquier hora del día o de la noche.
         Así fue sobreviviendo Pescafrito Malasuerte, como todos le llamaban, hasta que un día de reorganización en los acuarios, Pescafrito por fin acabó compartiendo tanque con todos sus primos y hermanos. Pero mientras se juntaban a su alrededor para conocer sus desventuras, un cuidador despistado echó en ese mismo tanque al más grande, hambriento y peligroso de los peces de la tienda. Fueron sólo unos minutos, pero el enorme pez no necesitó más para acabar con todos los pececillos... excepto Pescafrito, que acostumbrado a huir de muchos peces a la vez, no tuvo problemas en escapar de uno solo.
         Poco después entró en la tienda un gran experto en acuarios, y al ver a Pescafrito vivo en el mismo tanque que el pez grande no se lo podía creer. Estuvo horas en la tienda, observándolo, viéndolo escapar una y otra vez con su nadar lleno de giros y piruetas y su increíble capacidad para esconderse. No tenía dudas: era un pez único en el mundo, y el experto lo llevó consigo para ser la estrella de todas sus colecciones y acuarios.
         Y Allí Pescafrito vivió feliz con todo tipo de atenciones y cuidados, pensando lo buena que había sido para él su famosísima mala suerte.